El comportamiento armónico en la escala del sistema diatónico
Los siete grados de la escala diatónica pueden ser ordenados de diferentes formas, de
acuerdo al criterio que se emplee. Si
se toma como punto de partida el orden sucesivo numérico de los grados, se
obtiene el siguiente esquema para la tonalidad de Do Mayor:
Ejemplo Nº 1. Escala diatónica y sus
grados.
¿Cómo puede ordenarse, medirse y
clasificarse estos elementos musicales según otro criterio? Uno de estos parámetros se establece por el grado de
estabilidad o inestabilidad de los sonidos en un acorde. Este valor va
determinado por diferentes factores. Uno de ellos es el tipo de intervalos
(consonancias y disonancias) que interactúa en un proceso armónico específico.
Otro de ellos (también dependiente del tipo de intervalo) es el grado de la
escala sobre el cual se construye el acorde en una tonalidad dada.
Para
éste último factor hay que observar una primera forma de ordenar los acordes del
sistema mayor – menor, según el lugar
que ocupen en la escala tonal circunstancial. Para realizar ahora una
observación armónico-funcional de la misma, es importante tomar en cuenta que
sobre cada uno de los grados de esta escala se puede construir un acorde. Para
el sistema funcional armónico fundamentado en la Tónica, Dominante y Subdominante,
los grados principales son el primero (I =
Tónica), el cuarto (IV = Subdominante) y el quinto (V = Dominante). Un elemento importante a
considerar aquí es que estos llamados grados principales se relacionan con la Tónica (I) por intervalos de cuarta y
quinta (consonancias). De las tres funciones armónicas, la tónica es la única
estable y el resto son consideradas y percibidas como inestables.
Para
efectos de organizar los acordes de una escala bajo un principio gradual de
acuerdo a su tensión, se procederá a lo siguiente: Si se considera que la única
función armónica estable es la Tónica,
ésta se colocará en el centro del esquema. A la izquierda, la Subdominante y a la derecha, la Dominante.
Ejemplo Nº 2, Tríadas sobre los grados
principales.
El
resto de los grados (los secundarios) de la escala se agruparán en torno a
estos tres principales de la siguiente manera: Se toman los grados que se
encuentren a una tercera ascendente y a una tercera descendente de cada tríada
principal. El III grado y el VI representarían los dos acordes agrupados en
torno a la Tónica.
Ejemplo Nº 3. Órbita de la Tónica.
El
II grado y el VI girarían en torno a la Subdominante.
Ejemplo Nº 4. Órbita de la Subdominante.
Y
el grupo de la Dominante estaría
constituido por los grados secundarios III y VII.
Ejemplo Nº 5. Órbita de la Dominante.
De
esta manera se conforman todos los grados de la escala diatónica, pero
ordenados según su afinidad y atracción a las tres funciones armónicas. Nótese
que cada tríada secundaria tiene dos sonidos en común con el acorde principal
que los deriva. Una vez agrupados estos acordes, se podrá desplegar el cuadro
completo del sistema escalar según su grado de estabilidad – inestabilidad:
Ejemplo Nº 6. Sistema diatónico funcional.
De
aquí, se puede observar lo siguiente:
1. El
primer grado (I = Tónica) se presenta
como el acorde más estable del sistema y por lo tanto se emplaza en el centro
2. Los
demás acordes giran en torno a este anterior, de manera análoga a los astros
alrededor de una estrella
3. Los
otros grados principales (IV y V) poseen cada uno dos acordes secundarios que
giran en torno a estos primeros, similar a satélites que orbitan los planetas
4. A
medida que van alejándose, los acordes presentan menos sonidos en común en
relación con el primer grado: el VI y el III tienen dos sonidos en común; el IV
y el V, uno; y el II y VII ninguno. Esto coadyuva a la progresiva inestabilidad
de los acordes
5. Los
grados VI y III tienen un grado de influencia compartido: el VI forma parte
tanto de la órbita de la Tónica, como
de la Dominante; así mismo, el III se
sitúa en la Tónica y en la Dominante
a la vez. Su determinación dependerá
del contexto musical en que se encuentre
6. Todos
los acordes del grupo de la Dominante
(V, III y VII) poseen la nota sensible de la escala (si). Por el contrario, ninguno de los del grupo de Subdominante la tiene. Ello hace que la órbita de la Dominante sea más inestable que aquella
de la Subdominante
7. Entre
los dos acordes de los extremos del sistema, es decir, el II y el VII, éste
último se plantea como el más inestable por dos razones: la primera es que –
tal y como se dijo en el punto anterior, el VII tiene sensible, mientras que el
II no. La segunda razón es que el VII representa una tríada disminuida (posee
un tritono), y el II grado es un acorde menor (mayor estabilidad comparativa)
Tomando
en cuenta las reflexiones anteriores, se podría establecer una escala gradual
de éstas tríadas siguiendo una lógica de mayor a menor estabilidad:
Grado
|
I
|
VI
|
III
|
IV
|
V
|
II
|
VII
|
Orden
|
1
|
2
|
3
|
4
|
5
|
6
|
7
|
Tabla Nº 7. Orden creciente de
inestabilidad en la tonalidad
Esta
dinámica de tensiones es empleada enteramente por P. Chaikovsky en la
introducción pianística de la canción “El cuclillo”, Op. 54, Nº 8.
Ejemplo Nº 8. P. Chaikovsky, 16 canciones para niños Op. 54, Nº 8.
Chaikovsky
comienza este encadenamiento de acordes con las tríadas extremas de la
graduación escalar (el primer acorde es un VII grado = el más inestable; y la
siguiente tríada representa al I grado = la más estable). Los siguientes tres
acordes realizan un proceso creciente hacia la inestabilidad (VI – IV – II),
todos en la esfera de la Subdominante.
Los últimos tres, por el contrario conforman una serie hacia la estabilidad:
una Dominante que resuelve en una Tónica relativamente estable (III) que
termina por estabilizarse en el primer grado. Aquí se puede observar el uso de
los dos grados ambiguos (el VI y el III), ambos definidos por el contexto. Cada
uno se posesiona como iniciador de las órbitas respectivas, pero en situaciones
antagónicas: el VI, hacia la inestable Subdominante
y el III, en el proceso de estabilización hacia la Tónica.
Rafael J. Saavedra V.
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