Dentífrico: ¡olvídelo definitivamente!
Bernard Clavière
Tal y como usted
debe ya saberlo, son pocos los artículos factuales y de interés común. Al
respecto, Bernard Clavière es una de las excepciones que han escrito un
artículo coherente sobre el no uso del dentífrico. Desprovisto de interés, y
hasta tóxico, este último reviste facetas escondidas que mucha gente todavía
ignora. La Revista Terraponia releva un
artículo sobre sus consecuencias en términos de salud. Este artículo fue escrito
paralelamente a un vídeo[1]
que se incluye en el mismo y que para mí constituye para el momento la sorpresa
más grande desde que publico trabajos audiovisuales. Éste está a punto de batir
récords de visitas, y reconozco no comprenderlo. ¡Un video sobre dentífricos!…Bien, hay efectivamente cosas
interesantes que decir sobre el tema de la higiene buco-dentaria, ya que hice el
vídeo y escribí este artículo, ¡pero jamás me hubiera imaginado que este tema le
pudiese interesar a tanta gente!
A
priori, el dentífrico es
un no-tema. Nunca hablamos de eso, no hay ninguna polémica. El consenso es
total, es justo una evidencia: hay que cepillarse los dientes, y por supuesto,
con dentífrico. ¡Pues no! El dentífrico es no sólo inútil para tener una buena
higiene dental (sí, hasta los dentífricos "naturales" no tienen
ningún sentido), sino que todavía los dentífricos de gran distribución, aquellos
que se consiguen por todas partes, son altamente nocivos y tapujados de
productos químicos peligrosos. Comencemos por hacer un zoom sobre algunos ingredientes de los dentífricos y veamos sus
efectos sobre nuestra salud.
El
flúor (frecuentemente bajo la forma de fluoruro de sodio). Alabamos desde hace mucho tiempo los
beneficios del flúor como protector de los dientes, considerado como un medio para
prevenir las caries, reforzando el esmalte de sus dientes. Bagatela… ¡Se ha
dado el caso de políticas de Estado, donde entes como la Dirección General de
la Salud [de Francia] exhortó en 1985 la fluorización de la sal de mesa y del agua
del grifo, para la prevención en masa de caries en la población! Con el tiempo,
se ha demostrado que los dientes en la población de los países donde el agua no
es fluorizada, son – en materia de salud – tan buena, o mejor, que los de países
donde el agua es fluorizada. Hasta el día de hoy, 51 estudios han evidenciado que
la fluorización del agua podía ser la responsable de una disminución del coeficiente
intelectual (CI) de los niños[2].
Disponemos además de 45 otros estudios con animales que muestran los daños
ocasionados por el flúor sobre la capacidad de aprendizaje y de memoria.
Un estudio publicado en el Journal of Hazardous Materials[3] indica
el descenso de 5 puntos del CI cuando el nivel de fluorización del agua pasa de
0.3 ppm a 3.0 ppm. Según los autores, el “estudio muestra que niveles reducidos
de exposición al flúor tienen una influencia nefasta sobre las capacidades
intelectuales de los niños y sobre la salud de sus dientes” ¡Esto último es el
colmo! Digámoslo aún más claro: hoy en día no queda ninguna duda de que el
flúor tenga efecto alguno sobre la salud de los dientes, con la negativa
excepción de ser un veneno poderoso de efectos múltiples y desastrosos.
Recordemos que es utilizado como insecticida y raticida. Su toxicidad ha
llegado a ser considerada como superior a la del plomo. Él afecta la tiroides,
la glándula pineal, los huesos, el sistema digestivo, la fertilidad, la
regeneración celular, etc. Imagínense: este agente nada ayudará en la
protección contra del cáncer…
El triclosán. Esta
sustancia es un desinfectante. Lo encontramos en muchos jabones, desodorantes,
enjuagues bucales, y en los dentífricos. ¡Desgraciadamente, facilita el
transporte nasal de los estafilococos dorados![4]
Es también un alérgeno[5],
un “posible” cancerígeno, y un perturbador endocrino (sin duda alguna)
particularmente peligroso para las mujeres embarazadas, el desarrollo cerebral
y la oxigenación del feto. ¡Además, es sospechoso de provocar el desarrollo de
bacterias todavía más resistentes en relación con aquellas que se supone debe
eliminar! Un análisis profundo de la escuela de salud pública de la Universidad
de Michigan indica que los jabones simples sin triclosán son igualmente eficaces
para combatir las bacterias, así como para prevenir enfermedades potenciales
cuando es usado en el lavado de las manos.
Los
edulcorantes. Sorbitol
o aspartamo son edulcorantes artificiales, cuyos daños provocados se conocen totalmente:
náuseas, vértigos, dolores de cabeza, problemas intestinales, memoria
desfalleciente, dificultades de aprendizaje…
Dodecilsulfato sódico (SLS). Éste es un detergente. Él produce una bella espuma,
como la del champú. ¡Pero de ahí, a que nos llenemos la boca con ella, y eso,
nos parezca normal…! El SLS perturba el buen funcionamiento de las papilas
gustativas. Él irrita la piel, trastorna el equilibrio hormonal y favorece la
aparición de las llagas. Así mismo, es un "probable" elemento
cancerígeno (Cuando se nos dice que es un probable elemento cancerígeno, es que
se está seguro que lo es, porque si ellos tuviesen la menor duda, nos dirían que
no es cancerígeno).
Dietanolamina (DEA). ¡Otro agente espumante! Asociado al cáncer de hígado y deg riñones.
Y todavía más (¡la lista es grande!): propilenglicol, carbonato de calcio, glicerina (para evitar que el dentífrico se seque y para darle una agradable textura. Con ella, el dentífrico puede correr bien por el tubo), colorantes, aromas, agentes blanqueadores…
¿Cómo hacer para obtener una higiene buco-dental
perfecta? Personalmente, yo no he vuelto a utilizar dentífrico
desde hace más de cuarenta años. No volví a tener más caries, a pesar de haber
tenido muchas cuando niño, y mi dentista me felicita por el buen estado de mis
dientes y de mis encías. Nada de placas dentales, absolutamente. Recuerdo muy
bien el primer día que me cepillé los dientes con agua: ¡eso me pareció
desagradable! Uno está verdaderamente habituado a esos gustos fuertes, que la
propaganda y el marketing nos ha sugestionado. Pero uno también se habitúa
rápidamente al cepillado con agua. Recordemos que la salud viene de adentro.
Así pues, si usted tiene un régimen alimentario sano, principalmente vegetales
crudos, usted no tendrá ningún problema de higiene bucal, ni de placas
dentales.
¿Y los dentífricos caseros? Existen numerosas recetas para fabricar los dentífricos “caseros”
naturales. En realidad, ¡no hacen falta! No hay nada más eficaz que la saliva
para matar las bacterias. Se tiene, entonces, solamente medios mecánicos para
eliminar los desechos alimentarios que puedan quedar bloqueados y que
terminarán fermentándose y produciendo efectos nefastos.
Los cepillos
dentales. Éstos son muy efectivos para eliminar
residuos de las comidas trabadas entre los dientes. Existen diferentes tallas
adaptadas a la dentición de cada quien. Son de amplia venta en el mercado.
Los hilos dentales. Cuando no hay suficiente espacio entre los dientes para
pasar el cepillo, el hilo dental es verdaderamente eficaz.
El irrigador oral.
Es más oneroso pero eficiente y agradable al utilizarlo,
el irrigador oral proyecta en
los dientes y encías un chorro de agua de intensidad regulable. Obtenga la
experiencia de utilizar este aparato luego de un lavado tradicional con el
cepillo dental. Usted será sorprendido de ver todo lo que se elimina con el
chorro. Hasta el mejor cepillo puede ser incapaz de desprender ciertos tipos de
desechos alimentarios entre los dientes en lugares poco accesibles o muy
cerrados.
El
limpiador de lengua.
Utensilio indispensable para la higiene bucal. No ingiera
la primera saliva de la mañana, ¡está cargada de bacterias! Al levantarse, uno
con frecuencia tiene la lengua blanca, a veces con mucosas u otras sustancias.
Esos son desechos propios de los procesos de limpieza del cuerpo durante la
noche, donde la eliminación está asociada a un principio de desintoxicación, es
decir, de ayuna (ya que uno “des-ayuna”). La primera cosa que debe hacerse en
la mañana es rasparse la lengua. Usted verá cosas poco agradables que esta
pequeña tira de acero puede arrastrar con ella, pero inmediatamente reencontrará
un aliento grato.
Para concluir
La utilización del dentífrico es ante
todo una costumbre social y un enorme negocio. Si usted tiene como objetivo
preservar su salud, sólo puedo recomendarle dejar de utilizarlo, por todas las razones
mencionadas, así como simplificar globalmente los productos que usted utiliza
para su higiene corporal. Hasta pronto y ocúpese de usted en términos de salud.
Jimmy
Traducción
del francés: Rafael Saavedra
[2] http://fluoridealert.org/studies/brain01/
[3] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21237562
[4] Ibid.
[5] http://mbio.asm.org/content/5/2/e01015-13.full.pdf
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